Dejar todos los sentidos racionales aparte, saborear el momento y tener un instante egoístamente mío, de mi propiedad. He dejado de ser observadora por un instante. Psicodelia o acordes acertados para ese momento.
En poco tiempo escuche de las cosas más horrorosas, y aún existen ecos de ellas. Pero realmente, las palabras existen para hacer daño. Sumisos de palabras, sumisos de la vida y sumisos del ruido de nuestra conciencia o de la que nos imponen. Soy otro ser más envenenado de palabra, y lo siento, no me puedo deshacer de ello.
Mi obsesión por los ojos... mi auténtica obsesión por dejar las palabras y los tonos de un lado. Las miradas y la comunicación que tienen con nuestro cerebro. Las imágenes que no son palabras y son imposibles de describir. Me encantaría comunicarme con la mirada. Lo bello, lo sublime, la fealdad y lo grotesco de cada cosa.
Oficialmente ha comenzado la primavera para mí. Alergia.
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